
Tu cuerpo es
la fiel droga de mi alma,
ese cuerpo que hice mío tantas veces,
de día, de noche y que con mucha calma
esculpí a besos cada parte de tu cabello
siendo que tu cuello lo hice
la carretera de mis caricias.
Tu boca que solo citaba mi nombre
en noches de invierno
en donde nos hundimos
con el sudor ajeno.
Esas noches que con él a contraluz de la Luna
pinté tu cuerpo
con la brocha de mis sentimientos,
pinté cada parte con la suavidad
de mis manos, cual pintor fue a su piccaso,
cual Neruda a su poema 20.
En aquella mañana
cuando nos perdimos
en el campo lleno de Lavandas,
ese aroma a tranquilidad
que nos hizo adicto a besarnos
por un tiempo indeterminados
En el que no eres tú,
No yo soy yo,
Solo nosotros.
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Precioso poema, ¡felicidades!
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