sábado, 1 de marzo de 2014

Morado

Morado


Si te comparase con el vino
mi bella mujer te podría decir
que con el pasar de los años
tu experiencia se llena de belleza.

Quien fuera roble francés
para impregnar mí esencia 
en tu cuerpo
y así mi bella dama hacer 
de nuestro vino
un  Cabernet Sauvignon  del amor.
Porque tu mujer, 
de textura gruesa e indefinible
porque tu mi amor, de eterna experiencia
me haces suspirar, me haces sentir
cada gota de vino que pasa por mi boca,
porque siempre quiero beberle a usted
para tener cerca y más cerca de un corazón siempre tuyo,
un corazón tan rojo como la uva que tinta el vino magro.

Porque tú eres mi vino, ese brebaje milenario
que aviva mis recuerdos cada vez que una copa
ya hace en mi cuerpo, ya que tu sangre
me deja vivir tranquila esta agonía de no tenerte,
de no poder beber tus besos en el placar de la noche.

Aunque pueda el Ángel Morado de los vinos más lujosos,
el mejor vino, es que puedo hacer de tu esencia maldita,
esa que me hace adicto a ti a tu cuerpo,
es perfume corporal
que me transforma en una bestia,
me transforma en un adicto
a tus besos y a las noches de placer eternas.

Pero no te tengo hermosa mujer,
pero solo me queda de consuelo 
de una copa media noche
esperándote que entres al hogar,
dejando la luz prendida de mi pieza
por si llegas….







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